La revolución mexicana es el centro de la historia de
“Sangre y fuego” escrito por Alejandro Rosas. Ésta toma un significado
diferente para cada personaje.
Para Crispín Robles significa por ejemplo el camino
para luchar por sus ideales, tener venganza y para derrocar del poder a Huerta.
La decisión de tomar parte en la revolución fue determinada por su libertad
individual que tanto lo caracteriza.
María Robles ve a la revolución como algo muy negativo
y destructivo. Sólo tiene dudas y miedos en cuanto a lo que la revolución le
podría deparar a su familia. No cree en la causa que mueve la revolución. La
revolución también significa la muerte de su esposo para ella.
Para Jovita Arellano significa tristeza, ya que todos
sus seres amados se tuvieron que alejar de ella por la revolución. Se siente
sola y melancólica. También significa para ella una manera de derrocar del poder
a Huerta, ya que ella está en desacuerdo con el régimen huertista. Pero ella
sólo ayuda de manera pasiva, sin embargo eficiente.
Indalecio Pontones y Solón Argüello luchan por sus
ideales por medio de la revolución, ya que ven a Huerta como un tirano.
El coronel José C. Guzmán no le ve mayor importancia
a la revolución, él nunca toma partido, sólo es leal a sí mismo. Trabajando para
Huerta, matando a revolucionarios, ve a la revolución como una molestia, ya que
tiene que matar a innumerables rebeldes. No le molesta ser un asesino,
encuentra un sentimiento excitante al matar a la gente, pero tiene más trabajo
gracias a al revolución.